lunes, 20 de octubre de 2008

A mi madre...

Si pudiera mirar en tus ojos la alegría

Si pudiera soñarte y abrazarte,
pero no se
si por fortuna o por desgracia,
lo que solo hago es añorarte.

Si tuviera tu mano en mi mano
Si tuviera tu mirada a mi lado.

Si tuviera tu calidez de madre
aún en vida,
te susurraría con dulzura
que siempre serás mi guía.

Descansa en paz
madre querida,
te estoy para siempre
sumamente agradecida.

No recordaré tu dolor
porque recuerdo tus alegrías,
no recodaré tu llorar
porque recuerdo tus consuelos,
no recordaré tus amargas palabras
porque recuerdo tus consejos,
no recordaré que sufriste
porque eso ya no existe.

Ahora está bien,
en un mejor lugar
lleno de luz y de esperanzas,
donde siempre vas a estar
para reencontrarnos algún día,
esperaré ese momento
y estarás ahí ángel precioso,
hasta que sea la hora mi partida... algún día.

Colaboración de Florencia (México)